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Mi Proyecto: El Ritmo de las Mariposas

Las mariposas realizan una completa metamorfosis. Pasan por diferentes estados: desde un huevo, una oruga y una crisálida, hasta lograr  transformarse en uno de los insectos más bellos de la naturaleza. Por complejo que pueda resultar el proceso, ellas no necesitan ser dirigidas o precozmente estimuladas (¿qué pasaría si forzásemos a volar a la oruga?). Un entorno adecuado, que cubra sus necesidades de alimento, protección y temperatura son suficientes para que, de manera autónoma, desarrollen todo su potencial.
En "El Ritmo de las Mariposas" nos gusta utilizar esta metáfora para presentar el proyecto y nuestra manera de entender la infancia. Aquí, los niños encontrarán un ambiente cuidado, seguro y tranquilo, respetuoso con sus ritmos y rico en estímulos naturales. Ideado, en definitiva, para atender a todas las necesidades de esta etapa crucial y ser así el escenario ideal en el que tu hij@ protagonice su propia "metamorfosis".
¿Quién soy?

Mi nombre es Eva Melchor, soy de Salamanca, y desde muy joven quise dedicarme al ámbito educativo, lo que me llevó a estudiar pedagogía.

Al finalizar la carrera comencé a trabajar como educadora en centros de protección y reforma de menores. Los métodos que allí se utilizaban aumentaron mi inquietud por buscar alternativas de intervención educativa. 

 Esto me llevó a formarme en terapia sistémica breve centrada en soluciones. Un modelo que enfatiza el entorno social y el contexto familiar, respeta las diferencias individuales y desvía el foco de atención de "lo problemático" hacia los recursos. 

Este modelo de intervención supuso el comienzo de una nueva forma de entender la educación, me ayudó a despojarme del papel de experta, a otorgar una importancia primordial a la relación establecida con el alumno, y a reconocer y enfatizar sus capacidades y recursos. Decidí continuar formándome en métodos pedagógicos concretos que compartieran estos principios.

Así pues, realicé un curso sobre el método Montessori y el post-grado de Experto en Educación Infantil Waldorf.

Desde el curso escolar 16/17 somos 2 madres de día las que acompañamos a los pequeños, pudiendo aumentar así a 8 el número de plazas.

 

 

Mi filosofía educativa

 

Considero que el aprendizaje es una necesidad innata de adaptación al medio. Nacemos preparados para interactuar activamente con nuestro entorno e ir descubriendo sus elementos, las interconexiones entre ellos y sus reglas de funcionamiento. Nacemos siendo pequeños e incansables investigadores que, poco a poco, vamos aprehendiendo el mundo a través de nuestro cuerpo y de nuestros sentidos.

Es precisamente en  la infancia donde se construyen los pilares sobre los que se asentarán nuestros aprendizajes futuros y nuestras formas de relación con el medio, donde nuestro proceso de investigación es más intenso y nos permite alcanzar los hitos más importantes (caminar, pensar, hablar,...).

Considero la etapa infantil como un momento crucial que merece otorgarle la importancia que le corresponde y respetar tanto las características, como las necesidades que le son propias.  

 

Principios pedagógicos

 

"El Ritmo de las Mariposas", pretende ser un espacio donde el/la niñ@ participe en experiencias significativas por iniciativa propia y en función de su propio ritmo evolutivo. Para ello contará con un ambiente rico en estímulos naturales, con la libertad y el tiempo necesario para experimentar a su ritmo, y la presencia cercana y afectuosa de un adulto, mi presencia, otorgándole la seguridad y confianza necesaria.

 

Mi objetivo es servir de acompañanante en el proceso de investigación que llevará al niñ@ a comprender el mundo y a desarrollarse de manera armónica.

Y... ¿cómo pretendo alcanzar este objetivo?. Lo cierto es que no planteo realizar llamativas actividades, ni otorgarles nombres rimbombantes. Años de formación, investigación y experiencia me han ayudado a concluir que en la sencillez se encuentra la clave para alcanzar lo más complejo. 

 

Es por ello que la actividad principal de l@s niñ@s será el juego libre. A través del juego no dirigido y espontáneo, el niño comprende el mundo y se comprende a sí mismo, asumiendo un rol sumamente importante en su desarrollo. Por medio del juego los pequeños experimentan, aprenden, reflejan y transforman activamente la realidad. En "El Ritmo de las Mariposas" contarán con el tiempo, los recursos y el espacio necesario para ello.

 

Otro de nuestros pilares fundamentales es el contacto con la naturaleza. Mi hogar cuenta con una gran parcela, más de 2000 metros cuadrados, que servirán de "laboratorio" de experimentación para tus hijos.

Desde el punto de vista infantil, nada mejor que jugar con arena para desarrollar la psicomotricidad fina, nada más divertido que corretear libremente y rodar por el suelo para favorecer la psicomotricidad gruesa, nada más placentero que dejar caer un objeto una y otra vez para descubrir las leyes de la física, y nada más fascinante que el reflejo de las estaciones en el huerto para comprender el paso del tiempo.

 

La creatividad y la imaginación serán compañeras de excepción en el día a día y en ocasiones llegarán de la mano de la música, las canciones y las rimas, los cuentos y teatrillos, las acuarelas o el modelado de barro. 

 

Como sabemos, es en estos primeros años de vida cuando nuestro organismo se desarrolla de una manera vertiginosa, y donde nuestro entorno influye significativamente tanto en nuestro desarrollo físico, como en nuestras capacidades intelectuales futuras. Por ello, la nutrición y la relación de los niños con la comida es también esencial para mi. Contamos con un menú casero, elaborado al momento y de una gran calidad. Nuestro supermercado es nuestro pequeño huerto o los productores ecológicos locales. Además, en ocasiones, elaboraremos nuestro propio pan e incluso tartas de manzana, mermelada de ciruela o dulce de membrillo cuando los árboles nos proporcionen tantos frutos que no alcancemos a comerlos en el almuerzo. 

 

La alegría, el afecto y el respeto estarán presentes cada día y a cada momento. Quiero construir un hogar en el que los niños se sientan como en casa.

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